por Dr. Rueda | Ene 22, 2019 | Alergias e Intolerancias
¿Sabías que la enfermedad celíaca ahora es reconocida como una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo? Los síntomas son desencadenados por el gluten, que es una proteína que se encuentra en el trigo (incluido la espelta y el kamut), la cebada, el centeno y el triticale (un cruce entre el trigo y el centeno). Para aquellos con enfermedad celíaca, el sistema inmunológico del cuerpo responde al gluten de una manera diferente a aquellos que no tienen la enfermedad. El consumo de gluten produce inflamación y daños en el revestimiento del intestino delgado, lo que reduce la capacidad de absorción de hierro, calcio, vitaminas A, D, E, K y ácido fólico.
Hace unos años se conocía como una enfermedad rara que afectaba solo a niños, pero ahora se sabe que es más común y millones de personas la padecen en todo el mundo. La intolerancia al gluten es una enfermedad genética y aquellos con un familiar cercano con una alergia al gluten tienen un mayor riesgo de sufrirla. Para algunas personas, la enfermedad se encuentra latente hasta que es desencadenada por un evento que incrementa el estrés o simplemente aparece con el tiempo.
Identificar los síntomas de intolerancia al gluten puede evitar que uno tenga un diagnóstico incorrecto, ya que la intolerancia al gluten puede ser fácilmente malinterpretada como otra enfermedad en el sistema digestivo. Esto se debe principalmente a las similitudes en los síntomas que muestran estas enfermedades digestivas.
¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia al gluten?
Los síntomas de una intolerancia al gluten son muy parecidos a los experimentados con otras alergias alimentarias, pero pueden variar ampliamente entre cada individuo. Los problemas digestivos son comunes con la enfermedad celíaca, especialmente en bebés y niños. Pueden incluir dolor y distensión abdominal, vómitos, estreñimiento, diarrea crónica o heces pálidas, grasas o con mal olor. La pérdida de peso es común en niños como resultado de estos síntomas. La intolerancia al gluten también puede conducir a defectos en el crecimiento y desarrollo.
Muchos síntomas pueden atribuirse a otras afecciones, por lo que es posible que no se diagnostiquen de inmediato. Los síntomas pueden incluir dolor en los huesos y articulaciones, artritis, anemia, fatiga, pérdida ósea u osteoporosis, convulsiones, hormigueo o entumecimiento en las extremidades, úlceras bucales y dermatitis.
Las mujeres también pueden experimentar problemas reproductivos como períodos menstruales irregulares o infertilidad. La intolerancia al gluten puede llevar a síntomas más graves. Debido a que la respuesta del cuerpo a una alergia al gluten es atacar las vellosidades del intestino delgado, el cuerpo tiene una capacidad reducida para absorber los nutrientes de los alimentos.
También pueden producirse enfermedades hepáticas o cánceres digestivos. Muchas personas con enfermedad celíaca tienen otras afecciones en las que el cuerpo se ataca a sí mismo. Estos pueden incluir diabetes tipo 1, enfermedad tiroidea autoinmune, enfermedad hepática autoinmune, artritis reumatoide, enfermedad de Addison o síndrome de Sjogren.
Los síntomas de estas afecciones pueden incluir micción frecuente, trastornos o problemas de la visión, tiempo de curación lento, pérdida o ganancia de peso, ictericia, rigidez articular, debilidad o fatiga muscular, irritabilidad o aumento de la aparición de infecciones. Muchas de estas afecciones tienen síntomas similares a la intolerancia al gluten, que pueden enmascarar la alergia subyacente al gluten.
¿Qué hacer si tienes alguno de estos síntomas?
Debido a la variedad de síntomas que acompañan a la enfermedad celíaca y la probabilidad de que también se presenten afecciones más graves, es recomendable que hables con tu médico si experimentas alguno de estos síntomas de forma regular. Llevar el control de los alimentos consumidos, por ejemplo anotándolos en un diario, puede ser útil para diagnosticar la afección si se puede relacionar el gluten con los síntomas. Ten en cuenta que el gluten, aunque generalmente se encuentra en determinados alimentos como el pan y la pasta, también es posible encontrarlo en otro tipo de alimentos que no esperaríamos, como algunos condimentos e incluso medicamentos. Para confirmar un diagnóstico de alergia al gluten, tu médico puede realizar análisis de sangre o solicitar una biopsia intestinal.
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Existen diferentes grados de intolerancia al gluten
Por estas razones, el diagnóstico temprano y una dieta estricta sin gluten es extremadamente importante. A veces, las personas con celiaquía pueden consumir pequeñas cantidades de gluten sin ningún síntoma, pero aún pueden producirse daños en el tracto intestinal que pueden tener consecuencias negativas para la salud.
Para aquellos con enfermedad celíaca, los retrasos en el diagnóstico y no seguir una dieta estricta sin gluten puede ocasionar una mala salud crónica, anemia (cuando la cantidad de glóbulos rojos sanos en el cuerpo es demasiado baja), un mayor riesgo de infertilidad en ambos hombres y mujeres, osteoporosis y ciertos cánceres del tracto gastrointestinal.
¿Qué alternativas existen para una dieta sin gluten?
Hace unos años era realmente difícil encontrar productos sin gluten en el supermercado. Ya que la enfermedad aún no era tan conocía no existía una amplia selección de productos alternativos. Pero gracias a que los tiempos han cambiado, han surgido muchas opciones y es muy fácil encontrar estos productos en casi cualquier supermercado. Si padeces de intolerancia o sensibilidad al gluten, no tendrás problema en encontrar una alternativa. Simplemente busca en tu supermercado ya que probablemente tengan una selección de productos sin gluten.
Entre los alimentos sin gluten más populares encontramos:
- Pastas elaboradas con harina de legumbres en lugar de harina de trigo. Aunque su precio es un poco más elevado, en algunas ocasiones merece la pena su consumo. Son una buena alternativa a la pasta convencional y además permiten incrementar nuestro consumo de proteína en la dieta.
- Pan elaborado con harina de maíz como alternativa al pan convencional. Una buena opción si aún no estás listo para sacrificar el pan por completo o estás en un proceso de transición para eliminarlo de tu dieta.
- Cereales sin gluten como la quinoa, el amaranto, arroz, trigo sarraceno. Atención con la avena que a pesar de ser un cereal libre de gluten por naturaleza, es común que contenga trazas del mismo debido a los procesos de fabricación.
- Bases para pizza sin gluten. Aunque no es algo que deberíamos comer tan a menudo, es bueno saber que hay opciones disponibles.
Es fantástico saber que cada vez es más fácil seguir una dieta sin gluten debido a la creciente demanda de alimentos sin gluten. A la vez, muchos de estos productos son cada vez más asequibles facilitando mucho las cosas para las personas que necesitan consumirlos a diario.
Fuentes y Referencias:
por Dr. Rueda | Sep 17, 2018 | Alergias e Intolerancias
Se calcula que más de la mitad de la población en todo el mundo, hasta un 75%, presenta síntomas de intolerancia a la lactosa. La lactosa es el principal azúcar que se encuentra en la leche y por ende en todos los derivados lácteos. La intolerancia a la lactosa puede ser pasajera, pero en muchos casos es irreversible por resultar de origen genético.
Las personas que presentan intolerancia a la lactosa no pueden degradar este azúcar y como resultado presentan una serie de síntomas justo después de consumir leche o algún producto lácteo. Esta afección por lo general es inofensiva, pero los síntomas se vuelven desagradables para quienes los padecen.
Intolerancia a la lactosa: Síntomas
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa se presentan comúnmente entre los 30 minutos hasta las dos horas después del consumo de alimentos con lactosa. Entre ellos encontramos los siguientes:
- Cólicos
- Gases
- Hinchazón abdominal
- Diarrea
- Náuseas y, en ocasiones, vómitos
Causas de los síntomas de la intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa y los síntomas que esta genera se debe a que la lactasa (enzima del intestino delgado) es deficiente en el organismo. Esta enzima facilita la digestión de la lactosa en otros azucares simples, permitiendo su absorción. Muchas personas cuentan con niveles bajos de lactasa, pero esto no es problema para digerir productos lácteos.
La verdadera intolerancia a la lactosa se presenta cuando la deficiencia de la enzima lactasa produce los síntomas antes mencionados minutos después de consumir lácteos. Esta intolerancia se produce cuando el organismo no puede producir lactasa en el intestino delgado en cantidad suficiente para digerir la lactosa.
Lo que ocurre en tu organismo
En condiciones normales, la lactasa divide el azúcar que se encuentra en la leche en glucosa y galactosa. Estos azúcares simples son fáciles de absorber y entran al torrente sanguíneo. Cuando hay deficiencia de lactasa, el azúcar de la leche presente en los alimentos que has consumido transita hasta el colon y no se procesa ni se absorbe. Cuando llega al colon, la flora bacteriana actúa sobre la lactosa que no se ha digerido. Generando CO2, H2 (hidrógeno), CH4 (metano) y ácidos de cadena corta, como ácido láctico, ácido acético, pirúvico y butírico. Es esta interacción la que provoca todos los signos y los síntomas de la intolerancia a la lactosa.
Un gran porcentaje de los que sufren esta afección pueden controlar los síntomas sin tener que dejar de consumir lácteos. Sin embargo, depende del tipo de intolerancia que se presente, conoce cuáles son y por qué se producen.
Tipos de intolerancia a la lactosa
Pueden describirse tres tipos de intolerancia a los lácteos. Los factores que producen la disminución o la ineficacia de la lactasa son diversos.
Intolerancia a la lactosa primaria
Es el más frecuente de los tipos de intolerancia a la lactosa y sus síntomas. Quienes tienen esta clase de intolerancia producen mucha lactasa al inicio de su vida. Los bebes se alimentan exclusivamente de leche y no presentan síntomas de intolerancia porque tienen suficiente lactasa. Con el paso del tiempo la leche se reemplaza por otras clases de alimentos y la producción de lactasa disminuye. En condiciones normales, la enzima se mantiene en niveles suficientes para degradar los productos lácteos que comúnmente se consumen en una dieta de adultos.
Cuando hay intolerancia a la lactosa primaria, la cantidad de lactasa disminuye de forma progresiva. Esto hace que los lácteos sean complicados de digerir cuando se llega a la edad adulta. Esta clase de intolerancia a lácteos se puede determinar de forma genética y afecta a una gran cantidad de individuos asiáticos, hispanos, africanos, árabes e indios americanos.
Intolerancia a la lactosa secundaria
Es cuando el intestino delgado deja de producir suficiente lactasa después de alguna enfermedad, cirugía o lesión que haya afectado a este órgano. Algunas de las enfermedades que causan intolerancia a la lactosa secundaria son: Proliferación bacteriana, celiaquía o enfermedad de Crohn.
Intolerancia a la lactosa congénita o del desarrollo
Aunque es poco frecuente, ya que hasta hace poco era incompatible con la vida, algunos bebes pueden nacer presentando intolerancia a los lácteos. La causa es la ausencia completa de la lactasa o de su funcionalidad. Este es un trastorno digestivo que pasa de generación en generación, por medio de un patrón hereditario autosómico recesivo. Esto significa que ambos padres deben tener la misma variante genética para que el bebé padezca de esta patología.
Por otro lado, los bebés que han nacido prematuros pueden presentar intolerancia a la lactosa por niveles disminuidos de lactasa. Estos neonatos tienen un sistema digestivo poco desarrollado, lo que puede ser la causa de la incapacidad de digerir la lactosa.
Factores de riesgo que conducen a síntomas de la intolerancia a la lactosa
Los factores que pueden causar que las personas presenten síntomas de intolerancia a la lactosa pueden ser:
- Nacimiento prematuro: Las células que producen lactasa se desarrollan al final del tercer trimestre de gestación. Los niños que nacen antes de tiempo no poseen lactasa en su intestino delgado o producen muy poca cantidad.
- Edad avanzada: La intolerancia a la lactosa es propensa a surgir en la edad adulta. Es una patología poco común en los bebés o niños pequeños.
- Origen étnico: Esta patología es mucho más frecuente en individuos de origen asiático, africano, nativo americano o hispano.
- Enfermedades del intestino delgado: Algunos problemas que se presentan en el intestino delgado pueden provocar intolerancia a la lactosa.
- Tratamientos oncológicos: La radioterapia en el abdomen genera complicaciones en el intestino. Se puede presentar intolerancia después de estas sesiones anticancerígenas.
Cuándo debes acudir al médico por síntomas de intolerancia a la lactosa
Puedes consultar al médico si recurrentemente presentas síntomas de intolerancia a la lactosa después de haber consumido alimentos lácteos.
Cómo disminuir los síntomas de la intolerancia a la lactosa
No existe un tratamiento que aumente la producción de la enzima lactasa en el intestino. Pero sí es posible evitar los molestos síntomas de la intolerancia a la lactosa siguiendo algunos consejos prácticos. Incluso algunas personas han logrado aumentar de forma natural su tolerancia a los lácteos incorporándolos gradualmente a su alimentación. Otras descubren que es más fácil digerir los lácteos cuando el contenido de grasa es reducido.
A continuación se presentan algunas sugerencias para minimizar los síntomas de la intolerancia a los lácteos.
Consume porciones pequeñas
Intenta probando porciones pequeñas de leche, solo algunos sorbos o un par de cucharadas para empezar. Mientras menos consumas por porción, menor posibilidad tienes de sufrir síntomas gastrointestinales.
Bebe leche sólo con las comidas
Consume leche únicamente junto a otros alimentos, puede ser con las comidas. Esto hace que el proceso digestivo sea más lento y se reduzcan los síntomas de intolerancia a la lactosa.
Prueba distintos productos lácteos
Los productos lácteos que se ofrecen en el mercado no son todos iguales ni posen la misma cantidad de lactosa. Ejemplo de esto son los quesos curados que tienen cantidades pequeñas de lactosa y puede que no te provoquen síntomas. Puede también que tu cuerpo tolere los lácteos fermentados, como es el caso del yogurt. Esto se debe a que las bacterias que se usan para el proceso de fermentación producen de forma natural la lactasa.
Consume productos con poca lactosa
Otra alternativa es ingerir productos sin lactosa o con poca cantidad de lactosa. Puedes encontrar esta clase de productos en casi todos los supermercados, incluidos en el área de lácteos refrigerados. Presta atención al etiquetado para asegurarte de que está libre de lactosa.
Ingiere lactasa antes de consumir lácteos
Hay cápsulas o tabletas de venta libre que poseen la lactasa concentrada. Podrás encontrarlas con el nombre de Dairy Ease, Lactaid, entre otros. Estos suplementos pueden ayudarte a digerir la lactosa. Deberás tomarlos antes de consumir el producto lácteo. También puedes agregar algunas gotas directamente al cartón de leche. Estos productos no siempre ayudan a todas las personas con síntomas de intolerancia a la lactosa. Por lo que será cuestión de probar si es tu caso.
>>>Fructosa, qué es y por qué se produce la intolerancia
>>>Intolerancia al gluten: Síntomas y Tratamiento
Cómo consumir calcio si tienes síntomas de intolerancia a la lactosa
La clave está en mantener una buena alimentación. Si no puedes consumir suficientes lácteos por los síntomas de intolerancia a lactosa, puedes obtener el calcio de otras fuentes. Tales como:
- Productos fortificados que contienen calcio (panes y zumos)
- Leche de soja y leche de arroz o avena, almendra…
- Salmón, sardinas, mariscos…
- Leguminosas: Judías, garbanzos, lentejas, habas…
- Naranjas, manzanas, fresas, tomates…
- Semillas de sesamo
- Frutos secos: almendras
- Verduras: Espinacas, acelgas, brócoli…
Referencias y fuentes:
Advertencias:
Si padece alguno o varios de los síntomas listados en este artículo es posible que necesite contactar a su doctor para realizar las pruebas convenientes y saber si es realmente intolerante a la lactosa. El diagnóstico médico puede ayudarle a aliviar los síntomas de esta afección. Y mediante la ayuda de un nutricionista encontrar una dieta adecuada para aislar los productos con lactosa de su alimentación.
por Dr. Rueda | May 29, 2018 | Alergias e Intolerancias
En la actualidad, son muchos los casos donde algunos alimentos al consumirlos traen como consecuencia alergias o intolerancias. En este tema, vamos a abordar la intolerancia a la fructosa, debido a las preguntas y dudas que surgen al respecto, por lo tanto a continuación te explicaremos desde qué es la fructosa, alimentos que la contienen y por qué causa intolerancia.
¿Qué es la fructosa?
Esta es un tipo de azúcar simple, la cual podemos hallar naturalmente en las frutas consumida como sacarosa. La sacarosa es el azúcar común, donde una molécula de fructosa y glucosa se ingieren después se separan en el organismo en dos moléculas diferentes. Otra fuente de esta es el edulcorante sorbitol que al consumirlo se produce esta azúcar.
Es necesario que la fructosa se absorba por las células del intestino y el cuerpo la metabolice para luego utilizarla. Si existe algún inconveniente al momento de la absorción o de la metabolización se produce la denominada intolerancia a la fructosa. Entonces, existen dos tipos de intolerancia muy distintas entre sí, la intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF) y la malabsorción de la fructosa, estas las explicamos en el siguiente apartado.
Intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF)
Esta se considera como un error congénito del metabolismo de la fructosa, la cual afecta a 1 persona de cada 20.000. Este error genético en las personas que lo padecen al consumirla sus células intestinales la absorben, pero su organismo no tiene la capacidad de metabolizar de forma correcta y, esto se debe a la falta de la llamada enzima frucutosa 1 fosfata aldolasa o aldolasa B.
En este sentido, esta intolerancia permite que se acumulen los tóxicos intermedios de la disolución de la fructosa en todo el organismo, siendo perjudicial para la salud. Entre los signos que se presentan con la intolerancia hereditaria a la fructosa están: insuficiente desarrollo del peso en los niños, náuseas, vómitos, deshidratación, hipoglucemia, disfunción hepática, ictericia. Dichos signos aparecen cuando el niño se alimenta con productos que contienen esta, pero mejora con el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado.
Entonces, la intolerancia hereditaria a la fructosa es una condición por toda la vida, la misma es posible diagnosticarla antes a través de test bioquímicos y test genéticos. No obstante, en ocasiones el diagnóstico no se realiza a tiempo debido a que los niños no les atraen los alimentos dulces o contenidos de esta y los síntomas no aparecen hasta que comiencen a ingerirla.
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¿Qué debo consumir si padezco IHF?
En primer lugar, es necesario seguir una dieta estricta sin ningún alimento que contenga fructosa, evitando consumir más de 1.2 g de fructosa, sorbitol o sacarosa. Entonces, es muy importante tener el conocimiento sobre todos los alimentos que la contienen, así como también leer todas las etiquetas de los productos que se consumen para saber su contenido de fructosa o derivados, sin embargo la mayoría está elaborada con estos ingredientes, por ende no se recomienda su consumo.
La mala absorción de la fructosa
En lo que respecta a la mala absorción, esta es una patología más común que afecta a gran parte de la población en el mundo. Donde, las células intestinales no tienen la capacidad para absorber ni total ni parcialmente la fructosa consumida, por lo tanto, esto causa algunas dolencias de tipo intestinal tales como dolor abdominal, diarreas, gases o náuseas.
Este tipo de intolerancia tiene una condición reversible o irreversible, la cual puede ser diagnosticada con un test de hidrógeno espirado. De tal manera que, esta patología va a depender del tipo sufrido, debido a que cada consecuencia de ella es diferente así como el tratamiento para cada paciente es distinto.
Dieta a seguir si tengo mala absorción a la fructosa
Para las personas que tienen este tipo de intolerancia, deben mantener una dieta con restricción de la fructosa. Pero, esto va a depender de cada una de las personas, es decir, si tienen mala absorción parcial o total, de igual manera, el nivel va a determinar la dieta a seguir. Cuando se trata de pacientes con intolerancia parcial, la más común, estos deben incluir alimentos con niveles bajos de esta inclusive algunos con altos contenidos de ella.
Para aquellos que sufren de mala absorción a la fructosa total, su dieta debe eliminar por completo los alimentos que la contienen y sus derivados (sacarosa, sorbitol). El régimen dietético a seguir es igual al de las personas con intolerancia hereditaria a la fructosa.
Como experto en nutrición en Madrid, en cualquiera de las dos patologías, se recomienda consultar con un dietista para un correcto asesoramiento de esta forma se evita males mayores, así como también una variedad y atractivo en los alimentos a consumir diariamente por las personas que padecen de estas intolerancias. Los aspectos a considerar son la cantidad y los tipos de alimentos, de igual manera si requiere algún suplemento.
¿Existen otras causas de la intolerancia a la fructosa?
Según muchos expertos, esta patología no es nueva, debido a que en la mayoría de los casos se trata de la falta de las enzimas que participan en el proceso de digestión de los alimentos, así como también a causas de tipo farmacológicas, esto quiere decir que sí se ha estudiado este tipo de patologías, se ha realizado pruebas y diagnósticos que han dado resultados negativos y positivos.
De igual manera, estos estudios han arrojado que pueden existir inconvenientes en las paredes de los intestinos, como una celiaquía, impidiendo la absorción de otro tipo de alimentos incluyendo la fructosa, denominada intolerancia secundaria.
Asimismo, los expertos en el tema han determinado que, la intolerancia puede ser causada por el consumo en exceso y durante largos periodos de tiempo de alimentos procesados con altos contenidos de azúcar, sacarosa o sorbitol; por lo tanto dañan el aparato digestivo y se comienza a dejar de digerir la fructosa. Sin embargo, en este caso la solución es seguir una dieta balanceada y saludable eliminando la fructosa y derivados por un periodo de tiempo, posteriormente se recupera el intestino.